APRENDER PADDLE SUP SURF

Si tuviéramos que elegir un deporte acuático con un aprendizaje fácil, que nos permita varios usos diferentes y que sea divertido, sería éste sin lugar a dudas.

Aprender paddle surf o sup es sencillo y no te expone a peligros, como ocurre en otros deportes. Es relajante y tranquilo, siempre y cuando no decidas meterte con olas de 3 metros o utilices la tabla para cosas que no debes; sólo tú decides dónde está el límite entre el relax y los malos ratos.

Vamos a ver lo básico para empezar sin complicaciones.

Índice

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Equipo

Si vas a empezar en verano, te puedes ahorrar el traje de neopreno hasta que estés convencido de que éste es tu deporte.

Compraremos:

Una tabla.
Un remo.
Un leash (también llamada «cuerda que se ata al pie»).

Si te preguntas si comprar la tabla nueva o de segunda mano, es bien sencillo:

Nueva si lo tienes claro, eres cuidadoso o tienes bastante equilibrio para no romperla con tus caídas. Los golpes de las caídas son muy frecuentes los primeros días, y pueden provocar desde hundir parte de la tabla con las rodillas, hasta partir el remo contra ella.
Segunda mano si no lo tienes claro, andas mal en el tema económico o el equilibrio no es uno de tus puntos fuertes. El mercado de estas tablas es enorme, como todo material acuático el peor momento de comprarlo es en verano.

Si necesitas una guía sobre qué tipo de tabla, medidas de ésta según tu físico y sus usos, o cómo surferar olas con ella, puedes leer nuestro post de tablas de paddle sup o guía para comprar una tabla.

Cómo aprender paddle surf

El primer punto es sencillo, estrenarla en lagos, estanques o días en que el mar parezca una piscina. Te recomendamos que no lo intentes con viento u olas, ya que la dificultad aumenta con esas condiciones.

Antes de entrar al agua tendrás que adaptar la longitud del remo a tu altura, para ello coloca el remo junto a uno de tus brazos extendido, si es para travesía dejaremos el pomo del remo por debajo de la muñeca, si es para olas se deja más bajo aún.

Te pones el leash y… ¡al agua patos!.

Vamos a montarnos en la tabla

Coloca la tabla en el agua y rema con los brazos tumbado o de rodillas, para alejarte un poco de la orilla y asegurarte de no hacer daño a nadie.

Antes de intentar ponerte de pie, coloca siempre la popa de la tabla (su parte trasera), en dirección a la orilla, es mejor que el poco movimiento del mar no dé en los costados de la tabla, ya que te hará perder el equilibrio más fácilmente.

Ahora apoya el remo en la tabla de forma transversal o a lo largo de ella, como más fácil te sea, aquí sólo se persigue que el remo no caiga al agua mientras te pones de pie. Existen más formas de colocar el remo para que a la hora de ponerse de pie se tenga en la mano, pero de esta forma es como menos posibilidades hay de partirlo.

El siguiente paso es colocar la rodillas cerca de la mitad de la tabla y las palmas de las manos un poco delante de éstas. La apertura de las piernas debe ser aproximadamente el ancho de tus hombros.

Ahora sí, llegó el momento de ponerse de pie. Para ello, pasa las plantas de los pies al lugar donde estaban las rodillas, primero una y después la otra. Justo cuando coloques el último pie, coge el remo con la mano y comienza a incorporarte intentando mantener el equilibrio.

Prueba todas las formas y quédate con la que te convenza

A algunas personas les sirve apoyar el remo en el agua para tener otro punto de apoyo, a otros les viene mejor haber remado un poco de rodillas, antes de ponerse en pie, para que la tabla tenga ya algo de velocidad cuando se ponen en pie; a más velocidad tenga la tabla mayor estabilidad tendrá.

Mantén las rodillas un poco flexionadas y la espalda recta. Al principio te resultará una posición incómoda, pero es la mejor para tener mayor equilibrio. Intenta no mirar los pies ni la tabla, si no hacia donde te quieras dirigir.

No dejes la tabla totalmente parada, procura que siempre esté en movimiento.

Apóyate en el remo de forma excepcional para recuperar el equilibrio, que no sea un punto de apoyo permanente.

Vamos a remar

La mano del lado donde vayas a introducir el remo, estará siempre en la parte baja de éste, mientras la mano contraria es la que se situará en el pomo.

Introduce tu remo hasta que quede de forma vertical al agua, la pala debe quedar totalmente hundida. El remo debe ir de forma paralela a la tabla, lo más cerca posible, si separas la pala sólo conseguirás girar más que avanzar, a más separación mayor giro obtendrás.

Un vez que hayas hundido la pala en el agua, debes empujar con tu cuerpo no con tus brazos. Si lo estás haciendo bien, notarás como contraes los abdominales, gira la cadera y terminas de ayudar con tus muslos.

Al principio, haz movimientos cortos para ganar agilidad en la tabla. Recuerda que la curvatura de la pala va hacia delante, por raro que parezca, se trata de evacuar el agua no de recogerla.

Tendrás que remar de forma alternativa por ambos lados para ir lo más recto posible.

Giros

Existen varias formas para girar:

– Remar sólo por uno de los lados, obtendrás un giro muy amplio y necesitarás mucha superficie para completar el giro.

– Misma maniobra de antes pero separando el remo lo más posible de la tabla, obtendrás un giro mucho más cerrado.

– Remar de un lado en el sentido que venimos haciéndolo, y en el otro de forma opuesta, casi girarás en el sitio.

https://www.youtube.com/watch?v=UpLuLDKSn-E

Otros consejos

Cuando te caigas, intenta caer en el agua. Separa también el remo de la tabla, la forma más común de romper el material es caer sobre él, o golpearlo entre sí.

Intenta no golpear en las remadas la tabla con el remo, de hecho si la tabla es rígida te aconsejamos que adquieras unos protectores de cantos para ella, y algún otro para el remo si es de fibra o carbono.

Bueno, eso es todo. Si tienes cualquier duda escríbenos, y te responderemos.

Si quieres saber cuales son los mejores remo, lee aquí.

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